Han pasado casi siete meses desde el último encuentro liguero en Pisuerga y, con una presencia en las gradas que se hacía notar, el Real Valladolid Baloncesto mostró una preocupante falta de ritmo, con un juego a ráfagas, tanto en defensa como en ataque, pese a lo expresado por Hugo López en la previa. Pero, a su vez, mucha calidad en hombres como Timmer, Nacho Martín o Sergio de la Fuente, que les bastó, aunque con suspense, para sumar la primera victoria en el casillero. Y es que al RV Baloncesto le basta con el arreón final.
El partido comenzó con unos minutos de tanteo en los que ambos equipos desplegaron buenos sistemas de juego y mucho acierto, especialmente Ourense, que lo mantuvo durante prácticamente todo el cuarto. El Real Valladolid, con muchas imprecisiones y fallos en el tiro (Sergio de la Fuente acumuló un 0/4 en triples) veía como los gallegos iban ampliando la ventaja en el marcador, llegando al 8-18 a falta de tres minutos para el final. Desde el banquillo se reaccionó entrando de una tacada a Nacho Martín, Astilleros y Gantt, lo que supuso un impulso en ataque. Cinco puntos consecutivos del ala-pívot pucelano, asistidos por Pantzar, y una canasta del base sueco acercaba a los morados pero una técnica a Hugo López y un par de fallos ofensivos devolvieron a Ourense la renta de nueve puntos (16-25) al término de los primeros diez minutos.
Volvió Mason, discreto en su primera rotación, y Van Zegeren pero la tónica no cambió. Timmer continuaba muy dubitativo e impreciso en la toma de decisiones y la defensa no podía contener a un David Navarro excelso, bien secundado en la pintura por Joseph. Sólo la compensación arbitral por la técnica anterior impedía a los ourensanos marcharse por encima de los diez tantos en el marcador. Del lado local, ni siquiera el buen hacer de Pantzar ponía claridad en el ataque, muchas veces resuelto con unos contra uno, sin apenas juego colectivo.
Pasaban los minutos y el Real Valladolid no lograba enjugar la diferencia, que ascendía a los catorce puntos a seis minutos para el descanso. Dos buenas acciones de Mason, la mejora en el rebote defensivo y dos triples consecutivos de Nacho rompieron la barrera de la decena (24-30), obligando a Gonzalo García de Vitoria a pedir tiempo muerto a cuatro minutos para el descanso. Hasta el descanso el partido nos dejó una combinación de fantasía entre Nacho Martín y Sergio de la Fuente y el ajuste táctico de Hugo López, que situó en pista a los dos bases y a los dos ala-pívots a la vez, lo que dotó de consistencia al rebote defensivo y una mayor fluidez en ataque. Con todo, el Real Valladolid Baloncesto llegó al término de la primera parte con sólo dos puntos de déficit (34-36).
El paso por vestuarios sentó bien a los locales. Una canasta de Van Zegeren empataba el partido y un 3+1 de Timmer levantó al público asistente, poniendo la máxima diferencia pucelana hasta el momento (40-37). El éxtasis llegó con cuatro puntos consecutivos de Van Zegeren, culminando dos contraataques con bandeja y mate que obligaron al banquillo de Ourense a pedir tiempo muerto, ya que el Real Valladolid sumaba un parcial de 10-1 en menos de dos minutos. El transcurso de este tercer cuarto no hizo sino sumar sensaciones al bando morado, con Paasoja secando a Mikel Uriz, Timmer desencadenado en ataque y la jugada curiosa del partido: mate de Van Zegeren que no subió al marcador porque, debido a la violencia del holandés, la pelota acabó saliéndose de la red. Pero, a partir de ahí, el calor ambiental fue bajando y el equipo se fue cayendo poco a poco, permiiendo que Ourense, haciendo las cosas muy sencillas y sin alharacas, se acercara en el tanteador, superando al cuadro de casa al acabar el tercer período por 61-66.
Esa tendencia continuó en el cuarto acto: canasta de Menzies y triple de Dimitrijevic para llegar a los diez puntos de diferencia para Ourense. El tiempo muerto de Hugo Lopez ayudó a despertar y Timmer sumó su punto número 17 desde el triple, pero el acierto exterior gallego era muy difícil de parar y el ritmo vallisoletano, basado en rachas individuales y momentos puntuales en defensa, no era capaz llegar a lo que estaba exigiendo el encuentro. Aun así, un 2+1 de Van Zegeren a falta de 4:30 mantenía vivo al Real Valladolid (69-78).
Y, espoleados por la magia de las grandes ocasiones, los de Hugo López encontraron su tempo y empezaron a desmelenarse en ataque. Triples de Sergio y Timmer y canasta de Mason para, en un abrir y cerrar de ojos, ponerse por delante ante un Club Ourense Baloncesto que no sabía por donde le venía el ciclón pucelano (87-86 a falta de 34 segundos para el final). Y la traca llegó cuando Uriz empató el encuentro desde el tiro libre y Timmer, quien si no, dejó una suave bandeja en el tablero gallego para ganar el partido.
Irregular, falto de ritmo y con muchas cosas por mejorar. Pero Al RV Baloncesto le basta con el arreón final porque tiene potencial para hacer lo que quiera en esta liga. Su profundidad de plantilla y calidad en puestos determinantes son más que suficientes para llevarse partidos frente a gran parte de los rivales de su grupo, pero necesitarán más para medirse de tu a tu a los cocos de la LEB Oro. Así y todo, el arranque deja detalles de esperanza y que tienen que hacer creer.
FICHA TÉCNICA:
Clínica Sura-Aspasia Real Valladolid Baloncesto: Timmer (24), Mason (9), Paasoja (-), De La Fuente (19), Van Zegeren (15) – quinteto inicial – Gantt (1), Kavas (-), Martín (13), Astilleros (-), Pantzar (6), Smits (2)
Ibereólica Renovables Ourense: Uriz (16), Tomas (5), Henríquez (17), Joseph (14), Van Wijk (6) – quinteto inicial – De Sousa (4), Dimitrijevic (11), Mazaira (8), Navarro (4), Fall (-), Menzies (2)
Árbitros: Zafra Guerra, Gómez Luque y Garvin Domingo. Paasoja eliminado por faltas.
Incidencias: Partido de la primera jornada de la LEB Oro disputado en el Polideportivo Pisuerga ante 1.000 espectadores.