El parón en la competición ha servido al Fundación Aliados para volver al parqué con las pilas cargadas para el último acto, justo cuando se levanta el telón para que se interprete el último acto. El recuerdo de la laborada victoria ante el Amivel de la última jornada y el amistoso ante Burgos marcan los últimos hitos deportivos de un conjunto que viaja hasta Albacete (sábado 19:00h) para plantar cara a uno de los aspirantes a ocupar los puestos de honor.
Los castellano-manchegos buscarán reivindicarse ante el público del Lepanto, donde el Amiab vuelve después de cumplir con su compromiso europeo, sellando su participación en la Champions Cup con un meritorio quinto puesto. Un reencuentro que el Fundación Aliados pretende boicotear. Los vallisoletanos ya demostraron en el partido de ida, celebrado en el Pilar Fernández Valderrama, su capacidad de plantar cara a los pupilos de Esther Jiménez, que tuvieron que sufrir para pescar puntos en el Pisuerga.
El Fundación Aliados emprende viaje hasta Albacete, una vez más, sin Omid Hadiazhar pero con Jonatan Soria que podrá aportar minutos de calidad a la rotación, pese a no encontrarse todavía al 100% recuperado. Su ayuda puede ser fundamental para asaltar un fortín que sólo han logrado asaltar Ilunion y Bilbao y en que ha caído Gran Canaria, como el resto de los visitantes.
Volver a Valladolid con un bonito recuerdo de Albacete pasará por la necesidad de mantener la concentración en alerta roja durante todo el tiempo que el crono mueva sus números. El Amiab tiene en sus filas un almacén de pura dinamita con jugadores explosivos como Alejandro Zarzuela y Lee Manning, expertos tiradores. El peligro no decrece en el resto de las posiciones de un quinteto inicial que completan Choudhry, Marsh y Fran Lara.
Potencia y tiro exterior son las dos amenazas que pretende neutralizar el Fundación Aliados desde el juego colectivo e imponiendo la seriedad defensiva y la concentración en el tiro, llaves de un nuevo intento de campanada que allane un poco más el final de la temporada a la que llegan con las pilas cargadas para el último acto.