Todas ellas pucelanas, con mucha experiencia en categorías de formación, con títulos a sus espaldas e, incluso, presencia en selección española. Son la punta de lanza del baloncesto de la ciudad, son las cuatro vallisoletanas en Liga Femenina-2, las que centrarán nuestra atención y de las que estaremos muy pendientes a partir de este fin de semana, cuando arranca, tras la cancelación de la primera jornada, la segunda categoría del basket femenino nacional.
Empezaremos con la más veterana de las cuatro, quien no es otra que Celia García. Esta será su tercera temporada en Celta tras llegar a Vigo mediada la campaña 18/19 después de año y medio en Liga Femenina enrolada en las filas del Zamarat. Con experiencia universitaria en Estados Unidos, primero en el Junior College de Otero (Denver, Colorado) y luego, ya en NCAA División 1, de la mano de la universidad de Incarnate Word de San Antonio (Texas). A lo largo de su carrera, Celia ha acumulado presencia en Campeonatos de España de selecciones, títulos autonómicos y distinciones de renombre en la liga americana. Ahora, a punto de cumplir 25 años, es una jugadora de mucho nivel para el cuadro celeste: «Estoy bastante asentada, puedo ayudar al equipo de diferentes maneras. Creo que tengo que buscar la regularidad que no pude tener el último año y ser capaz de leer las necesidades del equipo», explica antes de añadir que Celta «es uno de los clubes grandes e históricos de la categoría. Tenemos que luchar por estar entre los cuatro primeros para acceder a la fase de ascenso».
La siguiente en veteranía es Clara Rodríguez, formada en Ponce Valladolid y, gracias a un desarrollo «diesel», fue escalando poco a poco hasta llegar a lo más alto. Ha sido subcampeona de España, junto a Cecilia Aldecoa, en ese mítico equipo junior de UVa-Ponce que tantas alegrías nos dio, además de contar en su haber con múltiples campeonatos autonómicos. Al lado de su inseparable Paula Vicente llegó a la selección española, donde también se colgó otra medalla, esta vez de bronce, en el Europeo U-18 celebrado en Matosinhos (Portugal). Su paso a senior lo dio en Madrid, en Movistar Estudiantes, con quien llegó a disputar 22 encuentros en Liga Femenina en la 17/18. Antes y después, extenso y exitoso periplo por LF-2, más de 150 partidos a sus espaldas y unos números de jugadora clave: 7,2 puntos, 5,8 rebotes y 10,4 de valoración. Este año, su tercera temporada en el Pacisa Alcobendas, Clara quiere «disfrutar y aprovechar la suerte que tengo de estar en este equipo». En el equipo alcobendano, la alero vallisoletana reconoce que «este año es aún más complicado marcarse un objetivo. Tenemos que marcarnos metas a corto plazo, centrarnos en volver a disfrutar, recuperar sensaciones como equipo e ir viendo poco a poco cuál es nuestro nivel dentro de la liga».
En el mismo equipo juega Cecilia Aldecoa, exterior pucelana que también acumula medallas en campeonatos autonómicos y nacionales por doquier. En su caso son dos medallas de plata (cadete y junior) las que alumbran su palmarés, con la curiosidad de que consiguió antes la de categoría junior que la cadete. Tras acabar su etapa de formación, emigró a Madrid por estudios y se enroló en el Olímpico 64, donde permaneció dos campañas. El año pasado cambió de aires y viajó a Alcobendas, donde ha visto como su producción se ha multiplicado, aumentando minutos de juego y mejorando los porcentajes desde más allá del arco. Esta temporada cumplirá 100 partidos en LF-2 y Cecilia cree que «debe ser una temporada importante. Tengo la posibilidad de dar un paso adelante a nivel ofensivo, con más responsabilidad. He entrenado mucho este verano para estar lo mejor posible y quiero disfrutar y seguir mejorando». Además, se muestra muy ambiciosa en cuanto a los objetivos de su equipo: «Podemos estar entre los cuatro primeros porque tenemos el mismo bloque del año pasado», sentencia Aldecoa.
La benjamina del grupo es Andrea Cueva, recién llegada a la categoría senior desde Ponce Valladolid y que ha aterrizado en las filas del Extremadura Miralvalle Plasencia. Ella es uno de los exponentes de la generación de 2002 que más alto ha llegado, con presencia constante en categorías inferiores de la selección española (junto a Cristina Mato, de quien ya hablamos con anterioridad), y numerosos títulos de Castilla y León. Andrea ha acumulado muchos minutos en Primera Femenina los dos últimos años, pero afronta la etapa en Plasencia con el objetivo de «crecer como jugadora y como persona. Necesito adaptarme a la categoría para estar a la altura y dar el 100% para hacerlo lo mejor posible». El conjunto extremeño, con dos jugadoras africanas y una americana, ha conformado un bloque experto y con aportaciones jóvenes como la de la vallisoletana con la meta de conseguir la permanencia: «Estamos deseando jugar nuestro primer partido juntas», finaliza Andrea ilusionada.
Algo en lo que coinciden las cuatro es en las ganas de empezar tras casi seis meses de parón. Pero también apuntan a la incertidumbre y a la excepcionalidad de la situación, lo que puede hacer que la liga sufra retrasos, suspensiones o aplazamientos. En cualquier caso, nuestra ciudad tiene a cuatro vallisoletanas en Liga Femenina-2, un éxito de la formación de cantera, a las que tendremos que seguir muy de cerca.