Nuestra vida ha cambiado. Nuestra mirada sobre las cosas no es la misma que hace tan solo un año. Alguna de nuestras certezas se ha ido volviendo incertidumbre. Nuestros valores y nuestras prioridades son distintos. Nuestro trabajo o formación; la forma de relacionarnos y comunicarnos; el valor que damos a nuestro tiempo….Todo ha cambiado. Sin embargo, en ese proceso de de cambio, hay cosas cuya importancia se refuerza: la vinculación entre el deporte y salud, ahora más que nunca.
Los primeros meses de 2020 nos anunciaron una crisis sanitaria sin precedentes aunque entonces aún no éramos conscientes de las enormes dimensiones que ha ido alcanzando esta pandemia global. Recuerdo de manera muy viva y a modo de anécdota, como un periodista me decía, allá por el mes de marzo: “Si en Japón se está planteando una posible suspensión de los Juegos Olímpicos, es que esto es muy serio y va para largo” Y se suspendieron los Juegos y todas las pequeñas y grandes Ligas y campeonatos del mundo. Y se suspendió cada entrenamiento e incluso, cada “pachanga” de los parques. Ya no había ovaciones en los estadios ni en los pabellones. Nuestras manos sólo aplaudían cada día, a nuestros héroes y heroínas de la Sanidad, en una especie de encuentro colectivo que hacía asomar a las ventanas una mezcla de admiración, respeto, dolor y, por supuesto, ilusión por el futuro.
Un año después, la pandemia sigue entre nosotros, causando dolor y frustración. La vida no ha recuperado la normalidad, ni mucho menos, pero una buena parte de la actividad cotidiana ha ido retomando un cierto pulso que permite mirar adelante con un poco de optimismo. También el deporte ha ido recobrando espacio, lo que sin duda contribuye a impulsar la convivencia, el estado de ánimo, la autoestima y por supuesto, la salud. Y es que la generación de hábitos de vida saludable entre la ciudadanía ha de ser el mayor objetivo de las políticas públicas de fomento del deporte y el ejercicio físico.
Desde la Fundación Municipal de Deportes del Ayuntamiento de Valladolid, respetando todas las normas y restricciones a las que la pandemia ha ido obligando, no nos hemos cruzado de brazos esperando a que escampara. Hemos seguido impulsando la creación y la mejora de los espacios para hacer deporte; hemos promovido la actividad física a todas las edades; apoyamos y reforzamos el trabajo y la actividad de clubes, asociaciones y federaciones; hemos abierto pabellones, piscinas y el resto de instalaciones con todas las normas de seguridad y hemos organizado diferentes eventos, aunque no pudieran contra con público. Desde luego, continuamos trabajando en recuperar una cierta dinámica de deporte escolar, más necesario que nunca. Pero falta mucho por hacer y mucha actividad por recuperar ya que el deporte es, precisamente, uno de los mejores aliados contra la enfermedad. Debe hacerse respetando, por supuesto, todas las normas sanitarias, pero es necesario seguir abriendo puertas a la actividad deportiva, flexibilizando progresivamente alguna de las restricciones actuales, con el objetivo, precisamente, de proteger lo que más ha de importarnos: la salud de la ciudadanía.