Mucho han cambiado las cosas en los últimos 365 días. Sobra decir que el mundo ha dado un giro de 180 grados, ya nada es igual hoy que hace un año. Y, en lo que se refiere al baloncesto, tampoco. Porque tal día como hoy, en 2020, el CBC Valladolid rozó el título de la Copa Princesa tras haberse clasificado como líder de la competición, lo que le otorgó el premio de disputar la final en el Polideportivo Pisuerga. Lamentablemente, acabó sucimbiendo frente a Gipuzkoa Basket.
Ese equipo, dirigido por Hugo López, llegaba a la cita después de tres victorias consecutivas; la última, precisamente, ante el equipo donostiarra, a quien venció en casa en un auténtico partidazo días antes de la celebración de la Copa Princesa. Los pucelanos, además, eran líderes y atravesaban un momento de juego grandioso, con sólo tres derrotas y la ilusión de un posible ascenso por bandera. Liderados por un Frank Bartley en estado de ebullición ofensiva y espoleados por el apoyo de la grada de Pisuerga, las ardillas afrontaban la posibilidad de alzarse con el primer título de su corta historia.
Pero el partido no discurrió, en prácticamente ningún momento, por los cauces que tenían planificados los locales. Porque desde el principio, los de Hugo López no pudieron hacer frente a los ataques gipuzcoanos y, ni mucho menos, rindieron en defensa como acostumbraban, ya que la retaguardia pucelana era en ese momento y lo fue durante toda la temporada una de las más fiables de la liga. Así y todo, los bajos porcentajes de ambos conjuntos mantuvieron el marcador nivelado al llegar al descanso (29-30). No estaba siendo un partido de fuegos artificiales y se notaba que había en juego algo más que una simple victoria.
En el tercer cuarto es cuando el partido acabó por romperse. Gipuzkoa aumentó su acierto, reforzó el rebote defensivo y supo aprovechar las rachas de jugadores como John Dee o Adam Sollazzo. En el cuadro vallisoletano sólo Bartley ofrecía algo distinto en ataque (acumulando muchos lanzamientos, todo sea dicho), ya que figuras como Mike Torres, Sergio de la Fuente o Niksha Federico estuvieron excesivamente erráticos de cara a canasta. Con la renta obtenida tras el descanso, el equipo de Marcelo Nicola e Iñaki Martín gestionó el arreón final del CBC en el último período y se llevó a casa la Copa Princesa. Posteriormente fueron los pucelanos los que se alzaron con el título de liga tras la suspensión de la competición en la jornada 24.

Como ya hemos dicho, muchas cosas han cambiado desde que el CBC Valladolid rozó el título de la Copa Princesa: sólo Sergio de la Fuente, Daniel Astilleros (que no jugó la final) y el técnico Hugo López continúan en el equipo y, tanto la racha como la dinámica de juego, son totalmente diferentes. Nada tiene que ver un equipo con otro y el éxito del actual Real Valladolid Baloncesto crecerá mucho en la medida en que se acerque un poco al rendimiento (en ataque y, sobre todo, en defensa) a aquel que tuvo tan cerca la Copa Princesa de la temporada 19/20.