No se puede decir lo contrario porque, llegar a semifinales y caer ante el todopoderoso Bilbao debe ser considerado un buen papel. Porque el Fundación Aliados da la cara en la Copa del Rey, superando los cuartos de final en un gran encuentro ante Málaga, aunque cayó desfondado en semis y, posteriormente, en el tercer y cuarto puesto.
El Fundación Aliados, con todo en contra, con numerosas bajas en sus filas, demostró que con entrega e ilusión se superan los obstáculos y, así, gracias a un buen juego colectivo y a la gran dirección de Ruggeri y la experiencia de Robles, pudo superar al Amivel de Málaga en cuartos de final de la Copa del Rey, en un gran partido de los vallisoletanos.
La situación no era nada fácil para los vallisoletanos, que contaban con un banquillo escaso para afrontar esta cita copera. Pero sacaron lo mejor, sus mejores armas y, con el refuerzo de Francis Sánchez y el joven Paco Quíles, salieron dispuestos a dominar el juego y, con él, el encuentro. Y eso, teniendo en cuenta que los andaluces mandaban en el marcador al finalizar el primer cuarto (21-14).
El cuadro malagueño mantenía su control en el electrónico, merced a la efectividad de Blair y Esparza y, al descanso, mantenían una renta de tres puntos 35-32. Pero, tras la reanudación, los vallisoletanos echaron el resto y, bien comandados por Ruggeri y Robles, junto al buen hacer del argentino Adrián Pérez en la pintura, y de Vahid, fueron dando la vuelta al tanteo, para endosar un parcial de 7-19 que dejó noqueado al Amivel.
El Fundación Aliados cayó en semifinales de la Copa del Rey ante el vigente campeón de liga y firme candidato al título de la competición del K.O, el Bidaideak Bilbao, que salió con la intención de controlar y atar el encuentro desde el inicio y que lo logró, gracias a la profundidad de su banquillo y a la calidad de sus jugadores.
El conjunto vallisoletano ya había realizado la heroicidad al pasar a semifinales, superando muchos obstáculos en forma de bajas, y el oxígeno andaba justo entre los jugadores morados. El rival, consciente de la falta de efectivos del Fundación Aliados, supo aprovechar bien cada balón para hacerse con el mando del choque ya en la primera mitad. De hecho, al descanso la ventaja vasca era ya de 27 puntos (20-47).
Los de José Antonio de Castro siguieron luchando hasta el final en la medida de sus posibilidades, buscando la anotación en los momentos en los que el Bidaideak bajaba su nivel al verse tan superior. Pero las fuerzas eran escasas y, sin apenas rotaciones, no pudieron más que conformarse con ser testigos de la victoria del cuadro bilbaíno. Finalmente, las fuerzas se agotaron y los pucelanos cayeron en el partido del tercer y cuarto puesto ante Ilunion.