La pólvora que había repartido entre sus rivales el conjunto vallisoletano en el arranque de la segunda vuelta se mojó con agua del Atlántico, haciéndola inútil. El Fundación Aliados se quedó sin respuesta en Vigo. Fuera de cobertura y lejos de la gran comunicación que ha demostrado en los últimos choques sumó, sin paliativos, su primera derrota desde que la Liga cruzara su línea del ecuador.
Los hombres de José Antonio de Castro se volvieron con los bolsillos vacíos de tierras gallegas, donde ya se presagió la catástrofe antes incluso de que el balón comenzara a dar botes sobre el parqué del feudo del Amfiv. La lesión durante el calentamiento de Jonatan Soria hizo saltar los planes pucelanos pocos minutos antes de la hora crítica. Un duro varapalo para un equipo que sigue sin poder contar con Hadiazhar.
Sin Soria sonó en la megafonía pucelana el lema aquel del ‘más difícil todavía’ un paseo sobre el alambra con un rival lanzándole piedras en pleno ejercicio de funambulismo. Los vigueses cobraban caro el peaje de cada fallo del Fundación Aliados, con Romo como dueño y señor de la pintura. Aún así, los pucelanos consiguieron mantener el equilibrio bajo la carpa del Pablo Beiro (31-28).
Sopló entonces un vendaval con aire procedente de Estados Unidos. Con Vahid lastrado por las tres personales que sumó a sus hoja de servicio antes del descanso, el Fundación Aliados se encontró sin argumentos para acallar la voz que alzaba Romo. El pívot -con Alaejos y Edwards como subcomandantes- diseñó en el tercer cuarto una habitación del pánico para un equipo morado que no hallaba ni respuesta ni vendas para taponar la sangría. Romo rompió el techo de su mejor registro de puntuación esta temporada (alcanzando los 37 puntos) y sumó once rebotes para que su equipo presumiera de un sonrojante parcial de 26-4 en el tercer acto, que hacía el último cuarto casi prescindible.
Con el 67-32 luciendo en el luminoso vigués, el Amfiv se permitió el descanso del guerrero. El Fundación Aliados necesitaba un milagro, que no llegó, para volver a casa con algo de provecho en la maleta. Los minutos finales sirvieron para que el equipo de José Antonio de Castro maquillara un poco el electrónico con un último parcial de 0-16 que cerraba el choque con el definitivo 67-48. Ahora, los pucelanos tienen por delante 15 días para lamerse las heridas y preparar su siguiente compromiso, que tendrá como invitado al Zuzenak vitoriano.
Con el 67-32 en el electrónico, el último cuarto sirvió para que el Amfiv bajara el listón, ante su más que evidente control del choque, que dio pie a que los vallisoletanos pudieran recortar algo las diferencias, hasta llegar al definitivo 67-48. Durante esta semana, en la que el Fundación Aliados descansa en la liga, tratarán de recuperar a Soria, pieza imprescindible para el equipo, de cara al siguiente compromiso ante el Gran Canaria, con el Pilar Fernández Valderrama como testigo.