Las desgracias se han ido acumulando en Pisuerga y, entre unas cosas y otras, el Real Valladolid acumula más de un mes sin competir, desde que lo hiciera a primeros de diciembre, en casa, frente a Alicante. Desde entonces y, si todo marcha como debería, habrán pasado 32 días entre el último partido y el que supondría el regreso a la competición, el 11 de enero contra Iraurgi, correspondiente a la jornada 12.
Entre medias han ocurrido muchísimas cosas en el seno pucelano. Cuatro positivos (Berg, Pippen, Raffintgon y Kuiper) que obligaron a a suspender hasta tres encuentros (Iraurgi, Prat y Castelló), ausencia de Roberto González, también contagiado, en el regreso al trabajo y, cuando todo parecía más o menos estabilizado, un brote en Almansa obligó a suspender el duelo que el Real Valladolid debía disputar contra el club albaceteño hoy viernes.
Así, los morados han ido volviendo a la normalidad y continúan ejercitándose ya con la plantilla al completo. En el club son conscientes de que se avecina un tramo de temporada muy complicado, con muchos partidos en pocos días y esto va a poner a prueba la solidez y la capacidad de recuperación del conjunto de Roberto González. La próxima semana, de hecho, el Real Valladolid ya tiene programados dos partidos: el 11 contra Iraurgi y el 14 contra Cáceres, ambos fuera de casa.
La FEB flexibiliza la recuperación de los partidos aplazados
El organismo presidido por Jorge Garbajosa ha mostrado su manga ancha y, sabedor de la complicada situación que se vive con esta nueva ola de contagios, ha permitido que la disputa de los partidos suspendidos sea mucho más flexible. El Real Valladolid, en un comunicado de prensa, ha explicado las resoluciones de la reunión mantenida por la FEB y los clubes de LEB Oro:
«Se amplía el límite de la primera vuelta una semana más, hasta el 30 de enero, sumando 7 días más de margen para disputar los encuentros aplazados. Además, solo será necesario que se disputen los partidos que afecten directamente a la celebración de la Copa Princesa, la cual disputarán los dos primeros clasificados al término de esta fase. Los conjuntos que no estén inmersos en esa lucha podrán recuperar las jornadas pospuestas más adelante. Por si fuera poco, la fijación de los encuentros reprogramados no tendrá que seguir el orden estricto de las jornadas, factor que, hasta la fecha, se erigía como un obtáculo considerable para la reprogramación de los choques no disputados.
Finalmente, y en caso de que los partidos aplazados no se hayan podido disputar durante el mes de enero, también se podrán aprovechar las fechas de juego que ofrece el parón por la disputa de la Copa Princesa (viernes 11 de febrero), a excepción del mismo día de la final. Asimismo, el descanso por las Ventanas FIBA (semana del 24 de febrero), también podrá ser hábil para los clubes que desean recuperar sus duelos pospuestos».