David Navarro Brugal (Esparraguera, 17/05/1983) ha anunciado su retirada del basket profesional y, como ya hicimos con Fede Van Lacke hace unos meses, en Baloncesto Valladolid quisimos charlas con él para repasar su carrera y, más concretamente, su paso por Pucela en una de las últimas grandes temporada del extinto CB Valladolid en la élite. Además, se da la coincidencia de que a ese equipo lo entrenaba Roberto González, nuevo técnico del Real Valladolid. De todo ello hablamos en esta entrevista a David Navarro.
Baloncesto Valladolid: ¿Qué tal estas primeras horas tras la retirada?
David Navarro: Suelo meditar bien las decisiones y es algo que ya me rondaba por la cabeza. Después de la etapa en Ourense y el tema del COVID, lo tuve claro. Actualmente estoy en una agencia de jugadores con un rol distinto al del agente que todos conocemos, ofreciendo a los jugadores una persona que ha estado metido en esto y que les puede ayudar. Es una figura de referencia deportiva para que puedan consultar o ver los diferentes escenarios que se dan a lo largo de la temporada.
BV: Una vez tomada la decisión, ¿qué valoración haces de toda tu carrera?
DN: Estoy super orgulloso y muy contento por todo. Cuando era pequeño nunca imaginé llegar a lo que he llegado. Solo alcanzar a ACB lo veía extremadamente difícil. Pero, por cómo han ido las cosas, de llegar y bajar, de luchar por mi oportunidad y trabajar para hacerme un nombre en el baloncesto español, ha merecido la pena. He conocido mucha gente, muchas ciudades y he aprendido muchísimo. Como decía en mi despedida, lo importante es todo lo que he podido vivir.
BV: Tu única temporada aquí coincidió con la última gran temporada de baloncesto en Valladolid en la élite.
DN: Eduardo Pascual vino a mi último partido de Menorca y tuvo la valentía de ficharme para su equipo. Era mi primer año en ACB completo, aunque estuve en plantilla en Manresa y en Valencia anteriormente. Fue un muy buen año, aprendí muchísimo y tuvimos jugadores que han hecho cosas increíbles como Alex Renfroe, Othello Hunter o Nacho Martín, que hizo un temporadón. Es verdad que no fue fácil porque hubo problemas por temas económicos pero me sirvió para darme cuenta que tenía hueco en ACB. He de decir que tener al lado a Renfroe fue un clínic de aprendizaje y, en el aspecto personal, recuerdo buenas actuaciones por mi parte también.
BV: Esa campaña estuvo marcada por los problemas económicos que arrastraba el club y la marcha de algunos jugadores aunque, deportivamente, la imagen que queda a la afición es muy buena. Todo empezó con el bombazo que supuso la victoria contra el Barça en el Palau, teniendo en cuenta que la plantilla se completó sólo dos días antes.
DN: Empezando por el principio, cuando se cumplieron los objetivos es verdad que se marcharon varios jugadores y llegaron otros, las cosas cambiaron. Pero me quedo con la primera parte de la temporada. Los primeros partidos eran Barça, Madrid y Unicaja y la gran sorpresa fue la victoria en el Palau. Esto lo recuerdo muy bien, la verdad. Personalmente jugué muy bien en los momentos finales y Roberto, en los últimos minutos, colocó una zona, ellos se atascaron y nosotros nos lo empezamos a creer. Realmente fue increíble. En Estados Unidos se haría una película de todo lo que rodeó al equipo en ese inicio: ganar al mejor equipo de la liga en el primer partido de la temporada, con una pretemporada muy difícil, cuando nos faltaban jugadores y no pudimos ganar prácticamente nada.
BV: Es cierto que la imagen, como decíamos antes, siempre fue muy buena, con jugadores identificables como Nacho, Román Montañez o tu.
DN: La plantilla estuvo muy bien planteada. Sabíamos quienes eran las estrellas y luego estábamos ese otro bloque que tirábamos para adelante. Roberto supo muy bien cómo tratar a todos los jugadores y, a pesar de la situación que vivía el club, supo dar confianza a toda la plantilla.
BV: Hablando de Roberto, ese fue el último año en la élite y ya se ha confirmado su regreso para dirigir al Real Valladolid. ¿Cómo es como entrenador y qué os aportó esa temporada?
DN: Es un caso muy especial porque fue el único año completo que tuvo en ACB. Mis palabras hacia él siempre van a ser buenas. Es una grandísima persona y destaco lo bien que gestionó el equipo, cómo relativizó los problemas para quedarnos solo con el baloncesto. Al empezar tan bien la temporada luego todo fue más fácil, pero él consiguió que sacáramos las cosas positivas cuando llegaron mal dadas. Incluso conseguimos alguna victoria de mucho mérito al final de temporada.
BV: Después de una campaña complicada llegó la estabilidad en Andorra. ¿Cómo fue ese cambio?
DN: Al acabar la temporada en Valladolid me meten a tanteo. En teoría iba a seguir, pero hay un momento en el que Mike Hansen me dice que me da la libertad. Pero ya es muy tarde, era finales de agosto. Se me presentó otro problema en mi carrera que tenía que superar, ya que me había asentado en ACB pero me tocaba buscar el mejor proyecto posible. Salió la opción de Andorra en LEB, con un proyecto para ascender que me ilusionaba mucho. Logramos subir y ese verano me motivé muchísimo para coger esta oportunidad con todas mis fuerzas y no soltarla. De hecho, empecé muy bien esa temporada.
BV: En esas primeras semanas, incluso, fuiste uno de los mejores exteriores nacionales de toda la liga.
DN: Si si, curiosamente tengo una foto en el que aparezco como el mejor alero de del Supermanager (risas). Sin duda fue mi mejor época.
BV: Desde la distancia, ¿cómo has visto este camino a los infiernos que ha vivido el baloncesto en Valladolid y que parece que ha encontrado esa ansiada estabilidad?
DN: Después de esa año se veía venir que las cosas iban a ser complicadas. Ahora se ha empezado desde cero, haciendo las cosas con sentido. Intentan hacer las plantillas con calma, creciendo poco a poco y creo firmemente que ese es el camino.