Era un fin de semana trampa, en el que nuestras representantes en Primera Femenina disputaban sus partidos como visitantes. Y eso, en esta liga, añade un plus de dificultad muy importante. Bien lo saben San Isidro y Ponce, que sufrieron para poder imponerse a Babieca y Astillero, respectivamente, con lo que sus objetivos clasificatorios siguen intactos. En cambio, la Universidad de Valladolid cayó y pierde el tren de cabeza, alejándose casi definitivamente la posibilidad de alcanzar la cuarta plaza dle grupo.
Arrancando con la derrota de la jornada, la UVa padeció en exceso su irregularidad y, si bien remontó el marcador tras un primer cuarto demoledor de Igualatorio, la falta de acierto en los momentos finales tuvo la lógica consecuencia y no lograron el triunfo. Es cierto que el partido nace condicionado por las bajas de Marta Villalón, Mónica Barrocal y Sara Fernández, jugadoras importantísimas para las universitarias pero, aún así, dieron la cara y a punto estuvieron de dar la campanada. Porque el esfuerzo de las chicas de Andrés Calvo fue encomiable ya desde el inicio, cuando tuvieron que hacer frente a un parcial de 20-11 de las cántabras gracias a la conversión local de hasta cinco triples. Antes del descanso, por suerte, el electrónico se ajustó gracias, en parte, a los nueve puntos consecutivos de Lidia Pastor y al buen hacer interior de Lara Suárez.
En la segunda mitad el ritmo anotador descendió y fueron los tiros libres los que mantuvieron a las visitantes con vida y llegaron al último y definitivo período por delante (45-46). Cuatro tantos de las hermanas Pastor dieron a su equipo una ventaja de tres puntos pero, tras dos canastas de Celia Inclán e Inés Martínez se produjo el cortocircuito: cuatro minutos finales sin anotación, sin lanzamientos, sin tiros libres y totalmente atascadas en ataque provocaron la debacle (56-54). Así, la Universidad de Valladolid cayó y pierde el tren de cabeza.
En el capítulo de victorias, San Isidro se las vio y se las deseó para vencer a Babieca y sólo un último cuarto muy solvente en la ofensiva ratificó el triunfo. Anteriormente, las aurinegras volvieron a mostrar signos preocupantes de irregularidad e inconsistencia, como en el lanzamiento de tiros libres, fallando doce de veintiseis intentos. Pero, cuando más apretaba el marcador, apareció la calidad de Alicia García e Irene Pérez, quienes anotaron ocho puntos cada una en el cuarto período, resultando decisivas para las suyas pese a que su partido, en los tres cuartos anteriores, no estaba siendo especialmente bueno. Porque el grupo fue el que mantuvo a San Isidro (Amelia de la Cal, Ilenia Mederos y Lucía García realizaron un soberbio encuentro) para que las dos protagonistas anteriormente mencionadas certificaran la victoria.
Por su parte, Ponce Valladolid sufrió más de lo que refleja el marcador final (57-68) y tuvo enfrente a un Arsan Astillero muy combativo que puso las cosas realmente difíciles a las pucelanas. Y eso que salieron arrolladoras, asfixiando al cuadro local con dos contra uno constantes en la salida de balón y convirtiendo contraataques. En ese inicio destacó Gloria Izquierdo, que atraviesa un momento de forma excelso, y que capitalizó el 0-9 de inicio para las de Chuchi Fernández. Pero las cántabras, gracias a los tiros libres, fue recortando e incluso se puso por delante nada más arrancar el segundo cuarto (26-22).
Ya en la segunda mitad, el acierto exterior aumentó la diferencia hasta casi rozar la decena para dejar el último período en manos de Gloria Izquierdo. La talentosa exterior pucelana, que finalizó el choque con 24 puntos, anotó la friolera de 11 tantos en los diez minutos finales y sirvió, junto a un 2+1 de Clara Mateo, para sellar una victoria que pone a Ponce líder en solitario del Grupo A2 de la Primera Femenina.