Como un rodillo bien engrasado, sin apenas fisuras y siguiendo el plan de principio a fin. La UVa no suelta el pie del acelerador y lo volvió a demostrar venciendo a Soria (68-34) en el partido aplazado correspondiente a la décimocuarta jornada de liga (tuvo que suspenderse por una serie de casos COVID en el conjunto soriano).
Lo que está claro es que nada para a las universitarias. Sus entrenamientos, con mascarilla y con una rigurosa pulcritud en cuanto al seguimiento de las normas sanitarias, están dando sus frutos en los partidos. Como el de este pasado domingo contra Soria Baloncesto, duelo en el que las chicas de Natalia Regueira no dieron ninguna opción con un parcial de salida de 21-2 en los primeros ocho minutos de encuentro (con hasta cuatro triples en ese período de tiempo). Y todo discurrió por los mismos derroteros, si bien con menos acierto local, pero con un control total del tempo del choque. Al descanso la renta llegaba a la veintena (34-14) y nada hacía presagiar que la victoria se iba a escapar.
Y, por supuesto, no ocurrió. Otro gran parcial a la salida de vestuarios con otros dos triples de Cristina Salinas (cuatro para ella y tres para Mónica Barrocal) pusieron la puntilla a las sorianas, que apenas pudieron maquillar el resultado con un último cuarto de más acierto. Este triunfo afianza a la Universidad de Valladolid en la segunda plaza del grupo, a una victoria del líder Tirso.
Por su parte, Ponce y San Isidro aplazaron su partido a petición de las aurinegras pero las azulonas intentaron disputar el encuentro suspendido ante Amide Camargo pero un brote COVID en el cuadro cántabro echó por tierra esa opción. Ahora Ponce es al único equipo pucelano que tiene trece encuentros disputados, mientras que la gran mayoría de los equipos del grupo suman catorce.