Puede parecer aventurado que la jornada cuatro de la liga sea tan trascendental pero, atendiendo a las diferentes circunstancias de cada uno de los equipos implicados, este fin de semana se antoja vital para las vallisoletanas que participan en Primera Femenina. Y es que, por ejemplo, la Universidad de Valladolid recibe a Torrelavega con la intención de resolver hacia dónde van a ir, hacia qué parte de la clasificación pueden dirigirse en función del resultado. Qué decir de San Isidro, equipo que ha sufrido los rigores de un inicio de calendario asfixiante y que busca la primera victoria del año. O Ponce, quien afronta un duelo en Burgos donde, tradicionalmente, han sufrido mucho y lo hace tras un partido en casa con demasiados fallos en ataque. Para todos ellos llegó la hora de mirar hacia arriba, de dejar atrás las dudas.
Vaya por delante que la idea de ser ambiciosos, algo que los tres equipos de Primera Femenina comparten, no debe ocultar que hay que ir con pausa en una liga tan larga. Pero cada partido de este fin de semana tiene algo, un aliciente muy motivante para encarar la jornada con mucha ilusión y, por qué no, tener la ilusión de que los nuestros estén lo más arriba posible.
El mejor clasificado, la Universidad de Valladolid está en una encrucijada. Como bien explica Natalia Regueira, su entrenadora, este partido contra Torrelavega (domingo 10:30h) «nos va a servir para saber dónde estamos y si podemos optar a estar más cerca del grupo de cabeza. Ellas han ganado todo y son un equipo muy potente que ya el año pasado estuvieron muy arriba». Desde la dirección universitaria hay confianza, todas las jugadoras serán de la partida y el buen trabajo realizado en las jornadas previas es una credencial más que suficiente para creer en este equipo. «Será un punto de inflexión, aunque la liga es muy larga», reconoce Regueira, quien se muestra feliz por contar con toda su plantilla y con el trabajo defensivo de sus chicas: «Ahora mismo somos el equipo que menos puntos recibe y queremos seguir en esa línea».
Con el mismo balance, Ponce Valladolid, tiene delante un encuentro sumamente complicado. Las pupilas de Chuchi Fernández viajan a Burgos para medirse a Babieca (domingo 17:00h) después de haber ganado a USAL con mucho sufrimiento: «Hemos analizado el partido y, si hubiéramos tenido un porcentaje normal, ya no digo bueno, debajo de canasta, el partido habría sido diferente. Al no meter lo que teníamos que meter, todo se complicó», analiza el técnico pucelano. Porque las azulonas se impusieron gracias a la defensa, un aspecto por el que Fernández está contento y reconoce que «ahí sí que estuvimos acertadas». Con todas las jugadoras senior disponibles, Ponce jugará en El Plantío, donde ha sufrido mucho los últimos años: «Es un campo que no se nos da bien y tendremos que estar muy finas para que el partido no se nos ponga cuesta arriba», aventura Chuchi Fernández.
Para abrir la jornada, San Isidro recibe a Villamuriel (sábado 18:30h) en un duelo que cambia la tendencia de las aurinegras (o debería hacerlo) después de un inicio terrorífico por el nivelazo de sus rivales: «Hemos jugado contra equipos top, de los que van a estar arriba sí o sí. Ahora el peldaño es diferente y esperemos que nos permita gestionar aspectos del juego diferentes, como marcadores favorables o situaciones de partido parecidas», explica Dani Robles, técnico aurinegro. Eso sí, para nada se menosprecia a un rival como Villamuriel, equipo que al entrenador de San Isidro le gusta «porque, desde atrás, están sacando cosas muy buenas y eso les permite competir. es un equipo que viene de hacer buenos números y no vamos a ir confiadas». Después de un derbi contra Ponce que estuvo muy presente al inicio del duelo contra BFL la pasada semana, las pucelanas lograron reponerse y realizaron una gran segunda mitad: «Les dejamos sin anotar tiros de campo casi doce minutos y eso tiene un mérito enorme ante un equipazo como BFL», ensalza Robles.