Acabamos de empezar el año y, como viene siendo habitual, el mundo se llena de propósitos y buenos deseos. En Baloncesto Valladolid vamos a unir estas dos cosas y vamos a repasar lo que nos espera en 2022 en todas y cada una de las competiciones nacionales con representación pucelana.
LEB Oro
No ha sido un buen 2021 para el Real Valladolid, que empezó el año en tercera posición del grupo A, decepcionó al no meterse en cuartos de final de los playoffs y ha terminado, desde el punto de vista extradeportivo, con tres partidos suspendidos por un brote COVID en el equipo. En medio de todo, cambio de entrenador y nuevas ilusiones con Roberto González y un equipo que no acaba de arrancar, aunque se aprecian brotes verdes de lo que puede venir. El 2022 será un éxito, sin duda, si los morados se meten en playoffs y, sobre todo, aseguran la continuidad de Roberto y su proyecto una temporada más.
LEB Plata
La tercera competición del baloncesto español tiene una nutrida representación vallisoletana, especialmente en dos equipos: Ponferrada y Cartagena, que cuentan con una dupla entrenador-jugador que capitaliza nuestra atención. En la ciudad berciana, David Barrio desde el banquillo y Jorge Martínez en la pista, están cumpliendo una gran temporada y nada hace indicar que no van a repetir el gran logro del año pasado metiéndose en los playoffs. Una vez ahí, todo es posible y nada se puede descartar con los nuestros al frente. En mejor posición aún se encuentran Gustavo Aranzana y Dani Astilleros en Cartagena, ya que tienen a su equipo tercero en el Grupo Este y, al igual que sus colegas de Ponferrada, entrar en playoffs (incluso con factor campo) debe ser el mínimo exigible. En Burgos, por tercera temporada consecutiva, sigue Iván Martínez, liderando a un Tizona que quiere regresar lo antes posible a LEB Oro. Visto lo visto en este inicio, camino va de ello. Ojalá todos los equipos con pucelanos en sus filas puedan disputar las eliminatorias de ascenso. Será, sin duda, un éxito mayúsculo para nuestro baloncesto.
Liga EBA
Dos clubes con gran tradición en la categoría y que, contra rivales de muchísima entidad, sobre todo económica, se mantienen a flote no se sabe cómo. Esos son La Flecha y la Universidad de Valladolid, que han cumplido un 2021 espectacular, salvando la categoría y arrancando la campaña en muy buena forma. La estructura de la liga este año, con hasta seis descensos, complica aún más la misión de las dos escuadras vallisoletanas pero su estabilidad, su conocimiento de la competición y el buen trabajo como entidades deportivas les va a dar mucha ventaja con respecto a sus compañeros de grupo. No cabe otra posibilidad que calificar de éxito rotundo si los dos, arroyanos y universitarios, siguen en EBA la temporada 22/23.
Primera Masculina
Un recién descendido (Real Valladolid), un equipo que peleó en la fase de ascenso (La Flecha) y un proyecto nuevo con mucho recorrido (Aldeamayor). Estos son los representantes pucelanos en esta competición. Y cada uno con un objetivo. Los morados han ido cogiendo el «tranquillo» a la liga y cada vez están en mejor forma, acumulando victorias y buenas sensaciones. Todo lo que no sea optar al ascenso a final de temporada será uns sorpresa.
En esa línea podría estar La Flecha pero su plantilla es muy joven y están sufriendo los rigores de una Primera Masculina que no hace prisioneros. Lo mismo que le está pasando a Aldeamayor, que afrontaba esta segunda campaña en la élite pero que está siendo más complicada de lo que ellos mismos preveían. Sin objetivos de ascenso, ambos deberán trabajar para dar continuidad a sus proyectos y dotarlos de estabilidad en este 2022.
Liga Femenina/LF Challenge
Poca representación en la máxima categoría del basket femenino español. Sólo Cristina Soriano, tras su aventura europea, milita en esta liga en las filas del IDK Euskotren. Poca presencia en la rotación para la pucelana pero, aún así, el 2022 se presenta ilusionante, ya que Cristina tiene el claro objetivo de asentarse en una categoría de altísimo nivel. Por ahora, su equipo está dando una gran imagen y no sería descartable ver a nuestra pucelana de cabecera en los playoffs de la Liga Femenina esta misma campaña.
En la segunda división, la renombrada LF Challenge, hemos bajado la representación, ya que hemos pasado de cuatro jugadoras a sólo dos esta temporada (tres si contamos a la pucelana de nacimiento Cristina Mato): Clara Rodríguez y Celia García. Esta competición, con un grupo único, ha subido muchísimo el nivel, tanto de los equipos como de las propias jugadoras. Por eso es tan importante lo que está haciendo Clara en Alcobendas, siendo una de las más destacadas del equipo que marcha en segunda posición. Más dura está siendo este inicio para Celia, que se ha perdido varios partidos y las viguesas no parecen tan sólidas como el año pasado. Aún así, tener a los dos conjuntos en playoffs será una gran noticia para el basket pucelano.
Primera Femenina
Siempre hay muchas esperanzas puestas en el baloncesto femenino de clubes en Valladolid. Pero, ya sea por falta de ambición, inversión o suerte, las piedras que se han ido encontrando los diferentes equipos han sido más grandes que la calidad que han atesorado históricamente. Desde hace más de cinco años, cuando Ponce pasó por Liga Femenina-2, no ha habido ningún representante vallisoletano en la élite. La campaña pasada parecía que era la propicia pero el mismo Ponce se disparó tantas veces en el pie que, pese a recuperarse una vez, no pudo sobreponerse a todo, cayendo en la ronda previa a la fase de ascenso contra BFL (quien si alcanzó la gloria, por cierto). Este año 2022, por qué no, podría ser el definitivo, el que nos permita ver a alguno de los nuestros peleando contra equipos de toda España.
Dos son los que más opciones tienen: Ponce y UVa, aunque ambos tienen enfrente a un equipo como Tirso que va como un cohete hacia el ascenso. Las universitarias han dado dos pasos de gigante con respecto al año pasado y son candidatas, de pleno derecho, a acceder a la fase de ascenso. Lo mismo que Ponce, aunque las azulonas han bajado enteros con respecto al 2021. Ambos deberían llegar a las últimas eliminatorias de la Primera Femenina. En otro escalón está San Isidro, que ha vivido una refundación interna y deben encarar el 2022 con el objetivo de asentar el proyecto y seguir creciendo gracias a su núcleo de gente joven y con ilusión.