Hoy sábado se ha elegido al nuevo presidente de la Federación de Baloncesto de Castilla y León tras la celebración en la localidad vallisoletana de Olmeda de la Asamblea Consituyente que ha dejado como «jefe» del basket regional a Óscar Castañeda. Y es que, desde que en marzo, en pleno confinamiento, se produjera el trágico fallecimiento de Carlos Sáinz, el ente federativo ha estado regido por una Junta Provisional que ha tenido que lidiar con numerosos problemas derivados, sobre todo, de la pandemia que tenemos presente desde hace varios meses.
La figura de Castañeda, que ostentó el cargo de presidente de la asociación de entrenadores hasta hace unos meses, ha sido elegida por 73 votos a favor y 6 en blanco, ya que era la única candidatura que se presentaba en esta Asamblea. El reto que tiene el vallisoletano es mayúsculo porque el baloncesto castellano y leonés tiene encima uno de sus momentos más críticos: acosados por la normativa de la Junta, las competiciones están suspendidas hasta que se confirme el acuerdo anunciado hace unos días por el CSD, lo que deja a la Federación atada de pies y manos. Eso sí, la Junta Provisional redactó un protocolo de aplicación inmediata para entrenamientos y partidos que puede servir para acelerar el inicio de la actividad baloncestística cuanto antes.
Hoy sábado se ha elegido al nuevo presidente de la Federación de Baloncesto de Castilla y León tras la celebración en la localidad vallisoletana de Olmeda de la Asamblea Consituyente que ha dejado como «jefe» del basket regional a Óscar Castañeda. Y es que, desde que en marzo, en pleno confinamiento, se produjera el trágico fallecimiento de Carlos Sáinz, el ente federativo ha estado regido por una Junta Provisional que ha tenido que lidiar con numerosos problemas derivados, sobre todo, de la pandemia que tenemos presente desde hace varios meses.
La figura de Castañeda, que ostentó el cargo de presidente de la asociación de entrenadores hasta hace unos meses, ha sido elegida por 73 votos a favor y 6 en blanco, ya que era la única candidatura que se presentaba en esta Asamblea. El reto que tiene el vallisoletano es mayúsculo porque el baloncesto castellano y leonés tiene encima uno de sus momentos más críticos: acosados por la normativa de la Junta, las competiciones están suspendidas hasta que se confirme el acuerdo anunciado hace unos días por el CSD, lo que deja a la Federación atada de pies y manos. Eso sí, la Junta Provisional redactó un protocolo de aplicación inmediata para entrenamientos y partidos que puede servir para acelerar el inicio de la actividad baloncestística cuanto antes.