Era un cara o cruz, el partido en el que los arroyanos se jugaban el sero o no ser en la competición. El propio Roberto González reconoció en la previa que estábamos ante «la jornada más importante de la temporada». Y La Flecha dio el «do» de pecho, desplegó una de las actuaciones más brillantes del año y dio un paso de gigante para lograr la salvación al imponerse a Filipeneses por 73-100.
El proceso para lograr este trascendental triunfo fue duro y requirió de los pucelanos una buena dosis de paciencia y saber estar. Porque Filipenses también se jugaba la vida y cuenta con un calendario más duro en las dos últimas jornadas. Así, el cuadro palentino no podía fallar y ganar a La Flecha casi le aseguraba la permanencia. El todo o nada en un sólo encuentro. Con tanto en juego, los nervios apenas se percibieron al inicio, con los ataques desatados, dominando por completo a las defensas. En el bando visitante ya empezaron a destacar Millán López y Pablo Martín, mientras que en el lado local, la estrella Melero controlaba todo lo que sucedía alrededor de los suyos. Antes del descanso, Millán ya se había desatado (18 puntos y 24 de valoración) y la defensa planteada por Roberto González logró ajustar mucho mejor sobre Melero, aspecto que resultó clave en la segunda mitad.
Tras el tiempo de asueto, La Flecha no dio opción: dejó a Filipenses en sólo doce tantos y se fue a los 26 en el tercer período, llevando la diferencia a casi la veintena (56-74) cuando aún restaban diez minutos por jugarse. Merlo y Parras se sumaron a la fiesta ofensiva y maniataron a su rival, endosando un nuevo parcial a los palentinos que dejó el marcador en el 73-100 final. Millán finalizó con 24 puntos y 32 de valoración, seguido por un entonado Merlo con 16. La Flecha está empatado con Filipenses pero le tiene ganado el basketaverage, con lo que a los de Roberto González les vale con calcar los resultados de su rival del pasado sábado para lograr la salvación. Por delante, visita de Cantbasket y «viaje» al otro lado del río Pisuerga para medirse a UEMC Real Valladolid.
Precisamente el filial morado dio la otra gran alegría de la jornada con una victoria sobre Óbila que aprieta aún más la zona de abajo. Si bien los de David Enciso no tienen posibilidades desde hace unas semanas, se han convertido en juez y parte de la última plaza de descenso. El primer test para las jóvenes perlas pucelanas lo salvaron con nota y se impusieron en casa a un conjunto abulense que llegó a Valladolid excesivamente relajado y que no pudo contener el ímpetu de un equipo como el local, más relajado y suelto que en anteriores ocasiones. De hecho, tan alto fue el nivel del UEMC Real Valladolid que se rehicieron como nunca de un parcial en contra que había situado a los verderones a tan sólo un punto (50-49) al llegar al último cuarto. La irrupción de Guillermo Raposo, con diez puntos, y el saber estar de Juan García-Abril (qué bien le están viniendo los minutos en LEB Oro a la perla morada) dotaron a los nuestros de una tranquilidad nunca vista y lograron estirar la renta hasta el 78-71 definitivo. Un premio muy merecido para el gran trabajo que están haciendo David Enciso y los suyos haciendo crecer a sus jóvenes jugadores.
Finalmente, Bezana impidió el pleno vallisoletano en Liga EBA al imponerse en su visita a la UVa. La victoria se le escapó entre los dedos a los de Domingo Cano después de una segunda mitad en la que sólo sumaron 19 puntos. Este apagón ofensivo fue un lastre demasiado pesado y chocó frontalmente con una primera parte mucho más solvente y con mucho más acierto. La actuación del visitante Archer, autor de 19 puntos y 16 rebotes fue incontenible para la defensa universitaria, que adoleció de mucha más consistencia reboteadora para frenar a la estrella de Bezana. Esta derrota no cambia en exceso las previsiones de la UVa y están a una sola victoria de certificar su permanencia matemática, un año más, en Liga EBA.