Se aventuraba un partido con ritmo, divertido y con muchísimos aspectos a destacar. Y el guión superó ampliamente las expectativas porque, tanto jugadoras como entrenadores, ofrecieron su mejor versión. Lo que declinó la balanza en favor de las visitantes fue el parcial de 3-12 al inicio del segundo cuarto y, por supuesto, que San Isidro la rompió desde el triple, con doce aciertos desde más allá del 6,75. Y sin su puntal ofensivo Lucía García, que no pudo recuperarse de la lesión de hombre a tiempo.
El arranque del partido tuvo de todo y cada equipo desarrolló su juego. La Universidad de Valladolid quería imponer su ritmo pausado, de juego combinativo y posesiones largas, forzando tiros libres para hacer sufrir a las visitantes con faltas. Por su parte, San Isidro rápidamente demostró que lo visto ante USAL iba a ser tendencia porque las de Manu Izquierdo empezaron a martillear desde el triple. De hecho, sólo en este primer cuarto el cuadro aurinegro tuvo una racha de cinco aciertos de forma consecutiva, lo que les dio la primera ventaja (11-17) del encuentro.
Pocos minutos después, llegó el ya mencionado parcial para iniciar el segundo período. Y, curiosamente, esa renta no se fundamentó con lanzamientos exteriores, sino con muchísima defensa y contraataque. La protagonista fue Alicia García, autora de diez de los doce puntos de ese parcial, que dio la razón a Andrés Calvo cuando el técnico universitario la señaló como el gran peligro de San Isidro, y que finiquitó el 3-12 con un triple. Una vez pasado el vendaval, el cuadro local volvió a asentar su juego y siguió percutiendo la zona rival, condicionado por su poco acierto exterior y focalizando todo sobre Cristina Salinas y Sara Fernández.
El tercer cuarto siguió por los mismos derroteros. San Isidro no paraba de lanzar (y meter) triples, aprovechando sus posesiones a la perfección y castigando cada error o cada pérdida local, aunque diversificando su anotación entre muchas más jugadoras. Las de Andrés Calvo, por su parte, siguieron trabajando con constancia y, de hecho, consiguieron ganar en este período para, al menos, tener opciones de competir el partido hasta el final.
Y a fe que lo consiguió. Dejó a San Isidro en sólo seis puntos en los últimos diez minutos y pudo encontrar mejores vías de acceso al aro contrario. Las últimas jugadas permitian a la Universidad de Valladolid llegar con vida pero no acabaron de rematar, quedándose con la miel en los labios como ya le pasó en el primer partido contra Ponce. El poco acierto en momentos clave y los doce tiros libres errados a lo largo del partido fueron una losa muy grande en la mochila de las locales. Del lado visitante, y sabiendo que San Isidro la rompió desde el triple, quizá sufrió en exceso cuando tuvo el partido muy controlado en el segundo cuarto.
FICHA TÉCNICA:
61 – Universidad de Valladolid: Salinas (10), Inclán (11), Barrocal (3), Fernández (16), Imaz (2) – quinteto inicial – L. Pastor (6), Martínez (2), Villalón (-), De La Fuente (-), Suárez (8), A. Pastor (3), Pascual (-)
64 – San Isidro: M. A. García (24), Melero (2), Casas (3), Redondo (14), De La Cal (-) – quinteto inicial – Martín (3), Moreno (7), Fernández (-), Ibáñez (-), Pérez (11), P. García (-), L. García (-)
Parciales: 15-19, 14-22, 19-17, 13-6
Árbitros: Rodríguez y Alonso. Sin eliminadas por faltas.
Incidencias: Partido correspondiente a la cuarta jornada de la Primera Nacional Femenina disputado en el Polideportivo Fuente la Mora a puerta cerrada.