Dura y dolorosa derrota del Real Valladolid Baloncesto ante Tau Castelló en la que se volvieron a ver las «vergüenzas» de un equipo descosido y cuya capacidad para competir ante rivales sólidos ha quedado en evidencia. Con este resultado se esfuman las opciones de playoffs y sólo una serie de carambolas clasificarían a los morados para el ascenso.
Con mucho ritmo e intensidad, tanto el Pucela como el TAU Castelló salieron con todo a Pisuerga. El ímpetu, eso sí, no fue sinónimo de acierto. Tanto vallisoletanos como castellonenses se mostraron muy erráticos de inicio y las tornas estuvieron igualadas en todo momento. En los primeros minutos, no obstante, una técnica sin previo aviso contra Hugo López que terminó condicionando el partido, catalizó al Pucela para pegar un arreón final en el cuarto inaugural (21-17).
A pesar de que el primer periodo terminó con un nuevo parón por una serie de consultas técnicas, la escuadra pucelana no se frenó en el segundo. Un triple de Matej Kavas (26-20) distanció a las ardillas y Toni Ten solicitó tiempo muerto, lo que sirvió para reanimar a los visitantes. Los valencianos respondieron con un parcial de 0-8 que rompió Sergio de la Fuente con un triple, pero no sirvió para alcanzar el descanso por delante (34-47).
El Real Valladolid, que estaba pagando el desacierto en los tiros libres y la diferencia en las faltas señaladas para sendos bandos, los blanquivioleta regresaron del paso por vestuarios con ánimos renovados. Un buen comienzo permitió igualar el encuentro a las primeras de cambio (42-43), aunque los locales no tardaron en entrar en bonus, nuevamente castigados por las continuas penalizaciones. A pesar de todo, el conjunto local encontró la luz desde el perímetro y dos triples consecutivos amenazaron con romper el partido (56-48), pero en un visto y no visto Hugo López terminó expulsado.
Castigado con una sorprendente y polémica segunda técnica, el entrenador blanquivioleta se marchó al túnel de vestuarios y Alejandro Paniagua dio un paso adelante y se erigió a la cabeza de los suyos. De inicio, eso sí, la decisión sirvió de catalizador para el Pucela, que trató de poner tierra de por medio con su adversario (61-53) y un Pisuerga muy encendido desde entonces. El Real Valladolid, así, afrontó los últimos diez minutos mandando 64-58.
El cuarto decisivo, por si fuera poco, comenzó con un tiro libre favorable a los locales por una técnica contra Óscar Alvarado, pero la mala puntería desde la línea de personal continuó penalizando al Pucela (10/22 al final del partido). Revitalizado por las concesiones, los visitantes se aferraron el partido y dilapidaron la renta blanquivioleta (68-67) en un encuentro cargado de tensión.
Expulsado también el canterano Juan García-Abril después de dejarlo todo en la cancha, los vallisoletanos se encomendaron a un Nacho Martín que sacó sus quilates a relucir en la hora de los valientes. Pero el Real Valladolid arrastraba unos problemas de faltas (22-31 favorable a los verdiblancos) que fueron decisivos en el tramo final. Los castellonenses no fallaron desde la línea de personal y sentenciaron con varias acciones de mucho mérito, a pesar del buen nivel defensivo de las ardillas. Luchando hasta el final y tratando de obrar el milagro, el partido terminó muriendo ante un buen TAU Castelló que se llevó el triunfo de Pisuerga (83-88). Con esta derrota se esfuman las opciones de playoffs para el Real Valladolid.
Real Valladolid Baloncesto 83-88 TAU Castelló
