Un cúmulo de mala suerte, errores propios y aciertos del rival están llevando por la calle de la amargura a la Universidad de Valladolid que, tras un encuentro bastante flojo, volvió a perder y ya es la tercera derrota en el último suspiro para la UVa, esta vez ante Igualatorio Catabria. Por su parte, Ponce se impuso con comodidad a Astillero y San Isidro hizo lo propio en casa frente a Babieca.
No salen las cosas. Las ausencias y la baja forma de algunas de las jugadoras determinantes penaliza en exceso el ritmo de la Universidad de Valladolid, que empezó la segunda fase como un tiro pero que se ha ido deshinchando paulatinamente acosada por las lesiones y los errores ofensivos en momentos clave. Frente a Igualatorio, derrota de nuevo (39-40) en un duelo que no pasará a la historia por su vistosidad, desde luego. Pero, aún así, las de Andrés Calvo lo tuvieron cerca, especialmente en el último cuarto. Anteriormente, las locales tuvieron que remontar en los instantes previos al descanso porque el equipo cántabro había llegado a Fuente la Mora con un punto más que su rival. Un mal parcial en el tercer cuarto y un cortocircuito (otro más) en ataque cuando más se necesitaba, acabó por dinamitar las opciones de victoria. Y eso que, con cuatro abajo a menos de un minuto, Cristina Salinas anotó un triple y devolvió la esperanza a las suyas. Pero Igualatorio supo jugar bien, alargó su última posesión y, pese a fallar, no dejó tiempo a la UVa para intentar la machada.
En Ponce de León se pudo ver otro partido de bajo tanteador y que no fue excesivamente llamativo. Las locales, con muchas bajas en posiciones interiores, lograron imponerse a Astillero (48-31) gracias a una defensa que es élite dentro de la competición (en ningún cuarto las cántabras superaron los 9 puntos) y al buen ritmo que metieron al encuentro sus múltiples y variadas jugadoras exteriores. Gloria Izquierdo, que está de dulce, se fue a los 21 puntos y fue el estilete ofensivo de un equipo que atrás está dominando y que, en ataque, aprovecha muy bien las pérdidas rivales. Clara Mateo y Nerea Martínez, con ocho tantos cada una, secundaron a Izquierdo e hicieron olvidar las notables ausencias con las que contaba el equipo de Chuchi Fernández.
Por último, San Isidro y Babieca sí que ofrecieron un buen partido en cuanto a anotación y a juego ofensivo. Las aurinegras, muy cómodas en tanteos altos, supieron frenar a las juniors Marta Rodríguez y María Arratibel, dejando a las burgalesas en apenas 60 puntos (75-62 final). Lucía García se erigió como puntal ofensivo y anotó 26 tantos con cuatro triples, con Irene Pérez y Alicia García escoltando a la joven jugadora y sumando 13 y 12, respectivamente. La primera parte de las de Manu Izquierdo fue soberbia, alcanzando rentas cercanas a la veintena y sin dar ninguna opción a las burgalesas. La alternancia de situaciones defensivas y el buen ritmo en ataque nos permitieron ver al San Isidro de las grandes ocasiones, algo que no habíamos podido ver recientemente por la endeblez atrás que acusaban las vallisoletanas.
En resumen, la tercera derrota en el último suspiro de la UVa y las dos victorias de Ponce y San Isidro dejan a estos últimos muy cerca de sus objetivos mientras que las universitarias pierden comba y tendrán que conformarse con una peor posición de cara a los playoffs.