Parece que ha pasado una eternidad desde que el baloncesto en Valladolid tuviera la consideración nacional y europea de auténtica élite. Y, efectivamente, así ha sido. Porque al incio de la década de los 90, un grupo de jugadores que, ya entonces, eran considerados superestrellas y que el tiempo los ha colocado en el Olimpo de la canasta, pasearon su talento a orillas del Pisuerga. Uno de tantos fue el brasileño Óscar Schmidt Becerra. Su historia tendrá un reconocimiento en #BaloncestoValladolid pero lo que hoy nos ocupa es otra historia, aunque con él como gran protagonista en un derbi regional de los que hacían afición.
Para recordar ese encuentro, hablamos con los dos entrenadores presentes: Samuel Puente en el Forum y Gustavo Aranzana en el bando leonés. Nos vamos 27 años atrás, al sábado 2 de octubre de 1993. Jornada 5 de la Liga ACB con un Polideportivo Pisuerga bein cargado, que respiraba ese ambiente de los grandes partidos, ya que rendía visita el archirival Elmar León. Los visitantes, con un balance de 3-1 en la clasificación, partían como grandes favoritos ya que el equipo local contaba sus cuatro partidos por derrotas. Eso sí, contaban con una máquina encestadora como Óscar Schmidt, cuya peor marca hasta entonces fue de 31 puntos, y la ebullición de Lalo García quien, con apenas 22 años ya había tirado la puerta abajo y era el mejor complemento del alero brasileño.
El partido fue una bacanal de anotación. Samuel Puente recuerda que «fue muy bonito, todos los partidos contra León eran intensísimos» y admite la idoneidad del titular: «Sí, es verdad, fue un derbi regional de los que hacían afición». El conjunto local alcanzó porcentajes estratosféricos (67% en tiros de 2 y 40% en triples) y jugó a un ritmo altísimo (casi 100 posesiones, muy cerca de la media que se utiliza actualmente en la NBA para diferenciar entre equipos de ritmo alto y ritmo bajo), lo que hizo que el cuadro visitante fuera durante todo el partido a remolque. Eso sí, otra bestia como Harper Williams, que vivía su primera experiencia en España y que acabaría haciendo carrera en ACB, vendió cara la derrota leonesa, yéndose a 27 puntos, 7 rebotes y 3 asistencias para 30 de valoración. Williams, por cierto volvería a León cuatro años después. Además de este ala-pívot de dos metros, destacó el otro jugador interior, Reginald Johnson, aportando 21 tantos, 9 rechaces y 26 de valoración. Gustavo Aranzana, valorando la actuación de su equipos, reconoce que «recibiendo 103 puntos ya te digo yo que no defenderíamos mucho». De hecho, él ya sabía que «Valladolid iba a ir hacia arriba porque tenía una plantilla muy potente».
Pero vayamos al lado vallisoletano. Hemos hablado de Óscar Schmidt pero no hemos relatado lo que fue su partido. Con más acierto desde dentro que en posiciones exteriores, el brasileño se fue a los 42 puntos (curiosamente esa no era su mejor marca de lo que llevaba de temporada porque encestó 46 ante Estudiantes y 45 ante Unicaja en las jornadas 3 y 4, respectivamente), con unos porcentajes en tiros de 2 realmente sorprendentes, 4 triples y 33 de valoración. Esa campaña, el alero del Forum fue el máximo anotador de la ACB, con 268 puntos totales más que el segundo, Michael Smith, y promediando 33,2 por encuentro, 10 más que el propio Smith. También fue el jugador con más triples intentados y convertidos (llegando a un 42% de acierto). Realmente no hay muchos adjetivos que puedan definir con exactitud la 93-94 de Oscar Schmidt en Valladolid. Para el mister local «dirigir ese equipo tácticamente era difícil. Defensivamente Óscar no podía defender en el exterior, con lo que lo metíamos por dentro pero eso nos obligaba a sacar a Fetissov». Puente, además, analiza que la plantilla era rara por muchas circunstancias. «Nosotros apostamos todo a que llegue Mihailov, pero no lo hace y nos descompensa la rotación», reconoce. Y no le falta razón: en pocos meses, el americano Melvin Robinson y el manager general Arturo Fernández Seara abandonan el barco y es el propio Samuel Puente quien se ve obligado a dimitir en diciembre con el equipo en puestos de descenso.
Regresando al derbi castellano y leonés, en el equipo vallisoletano, además del excelso Óscar, tuvieron una actuación estelar otros dos jugadores: de uno de ellos ya hemos hablado y no es otro que el mejor baloncestista vallisoletano de todos los tiempos, el inolvidable Lalo García. El otro fue un gran «olvidado» entre tanto Hall of Fame pero que nunca dejó de destacar, el ruso Andrei Fetissov. Empezando por el nº5, Lalo siempre vivía los enfrentamientos contra León con una emoción especial, lo cual se notaba casi en cada una de sus acciones. Especielmente motivado, Lalo tuvo una destacada actuación con 20 puntos en más de 32 minutos de juego, aprovechando su velocidad al contraataque y generando juego para sus compañeros. Por su parte, Fetissov supo aprovechar las dobles defensas sobre Óscar y realizó una labor excelsa en posiciones interiores, aunque supo salir al triple para ser una amenaza doble. Así, el espigado alero ruso logró anotar 17 puntos y coger 9 rebotes para 26 de valoración. Fetissov, que desarrolló su carrera en España casi íntegramente en la capital del Pisuerga, tuvo una breve experiencia en el Barça pero no terminó la temporada con el conjunto blaugrana, lo que le privó de apuntar en su currículum la liga que los de Aito consiguieron ese año.
Hubo más, muchos más, porque León y Valladolid han compartido andadura en la máxima competición nacional, pero el derbi de octubre de 1993 fue uno de los más emocionantes, destacados y cargados de puntos que se recuerdan. Porque Forum llegaba con el casillero de victorias a cero, porque ver cualquier partido de Óscar Schmidt siempre merrecía la pena, porque se veían los primeros pasos de una leyenda como Lalo, porque los banquillos los ocupaban dos mitos como Samuel Puente y Gustavo Aranzana. Y por muchas cosas más. Por eso siempre recordaremos el partido que enfrentó en Pisuerga al Forum Valladolid y a Elmar León, un derbi regional de los que hacían afición.