Juan Sáez se ha convertido en uno de los protagonistas de la victoria del Real Valladolid Baloncesto frente a Oviedo cuando anotó sus primeros puntos con la camiseta morada. Fue en el último segundo de partido. En ese momento, Juan convirtió un triple que vale mucho, un triple por el trabajo de cantera, un triple para todos aquellos que pueden ver que el trabajo y el talento tiene recompensa.
El joven jugador, que pertenece al equipo EBA de la entidad morada, reconoce que el partido del domingo no cambia absolutamente nada y tiene muy clara su función en el primer equipo: «Ser una esponja», admite, además de que «estar con el primer equipo es aprender de los mejores y todo lo que aprenda es para mi. También tengo la función de ayudar en los entrenamientos, principalmente, dar fluidez al balón, jugar fácil en ataque, duro en defensa y, si estoy abierto, lanzar a canasta». Ese lanzamiento que lo buscaban sus compañeros más que él. Al menos eso se desprende de lo que se pudo ver en la cancha, con Sergio de la Fuente y Daniel Astilleros animando a Juan a que tomara ese tiro antes de que se acabara el tiempo: «Al entrar, Dani (Astilleros) me dice que tire. Lo siguiente que oigo, ya en juego, es la voz de Sergio, que sabía que me iba a buscar. Y, cuando tengo el balón, se la paso a Joey (Van Zegeren) y veo que me la devuelve, ya me doy cuenta que tengo que tirar», reconoce entre risas. Eso sí, su primer pensamiento fue el pase porque, según explica, «realmente no tenía un buen tiro y siempre me han dicho que juegue fácil».
Ya es un habitual de las convocatorias del primera equipo y este fue el segundo partido que disputaba con los «mayores». Siempre animando y apoyando desde el banquillo, Juan no piensa en si va a jugar o no, «porque entonces saldría como un flan». Las miuestras de cariño y alegría de sus compañeros tras sonar la bocina muestran su acomplamiento y el buen hacer del grupo hacia el benjamín de la plantilla. Esto es, precisamente, lo que más destaca David Enciso, entrenador de Juan en el UEMC Real Valladolid: «Intentar que el chico sumara es un gran sello de identidad del equipo, sin duda». El propio Juan lo confirma: «Estoy muy cómodo desde el primer día, en el vestuario hay muy buen ambiente y tengo muy buena relación con todos. Sergio, especialmente, me ha ayudado mucho desde el primer día, es un gran tío», destaca el joven jugador.
Eso sí, no todo son parabienes y Hugo López, tras acabar el choque, se esmeró en que nada descentrara a su pupilo: «El closeout es para matarte», le reprendió, algo que Juan agradece porque «Hugo es un entrenador exigente y destaca por ser muy cuidadoso en los detalles. Eso que me dijo no se me olvidará nunca». Esa capacidad de querer aprender es lo que ha hecho que Sáez esté donde esté. Pero quiere más: «Quiero ir, poco a poco, cumpliendo metas, seguir aprendiendo e intentar sumar más minutos en LEB Oro», admite. David Enciso piensa exactamente lo mismo para que Juan siga con su proceso de crecimiento: «Es un chico que está trabajando muy bien, le falta regularidad pero es cierto que ha sufrido especialmente, al igual que toda su generación, el parón por el COVID», lamenta Enciso, quien no duda en reconocer que tiene potencial para, al menos, ocupar alguna de las 12 fichas del primer equipo en próximas temporadas.
Porque lo que hizo Juan no deja de ser algo anecdótico, una canasta más de las muchas que ha anotado. Pero son sus primeros puntos y representa un triple por el trabajo de la cantera que, pese a las dificultades, sigue produciendo grandes jugadores.