La corona autonómica está a buen recaudo en el Pilar Fernández Valderrama. El Fundación Aliados se encargó de custodiarla pese al afán del Servigest de Burgos por llevársela a tierras del Cid. Los vallisoletanos cosecharon un importante triunfo -tres de tres en la segunda vuelta- haciendo bueno el dicho de que una reacción a tiempo es una victoria.
Avisaba José Antonio de Castro de que el Burgos que el domingo iba a rodar sobre el parqué del Pilar Fernández Valderrama no era el mismo de la primera vuelta. La experiencia es un grado a la hora de leer partidos y en esa parcela tiene un currículum extenso el técnico pucelano. Los burgaleses, que llegaban con la moral bailando con las nubes después de vencer a Ilunion, comenzaron mandando en el marcador.
Macek y Fililpski se convirtieron en dos rifles de precisión. Donde la dupla polaca ponía el ojo ponía la bala -el balón en esta ocasión-, superando en los primeros compases sin demasiadas dificultades a la defensa del equipo local, sujetado por los brazos de Adrián Pérez. Su trabajo en la pintura permitió neutralizar la eficacia anotadora burgalesa y llegar un punto por encima cuando bajó el telón el primer acto.
La defensa visitante se agrupó para convertirse en un muro en el que se chocaba el Fundación Aliados, que vio cómo el luminoso del Pilar Fernández Valderrama les ponía en el lado perdedor de la balanza cuando el encuentro llegó a su ecuador (26-32). El viento cambió de dirección tras el paso por los vestuarios. La maquinaria morada comenzó a funcionar con precisión suiza. La defensa era un engranaje perfectamente engrasado y el juego rápido y colectivo -dirigido por la batuta de Ruggeri- comenzó a dar sus frutos.
Vahid tomó protagonismo y, junto a Van Brunschot y Rodrigo Pérez, se hizo señor de la pintura. Adrián Pérez puso el resto para hacer del sufrimiento placer. El Fundación Aliados bordó su baloncesto para llegar al desenlace con una mínima ventaja de tres puntos (43-40) que subrayó en el último cuarto, llegando a buen puerto gracias a remar en equipo.
Los hombres de José Antonio de Castro -que no utilizó ni a Francis López ni a Paco García Quilés, sus últimas incorporaciones- cogieron el mando y eligieron cuál sería el final del apasionante derbi. Completaron con éxito la misión de anular a Filipski y bailaron de manera coral para conseguir su tercera victoria (63-53) de la segunda vuelta y seguir mirando hacia los puestos altos de la clasificación.
Estadísticas:
Fundación Aliados 63-53 Servigest Burgos